Fantasías sexuales

 

Leo con afección en mi cerebro una estadística –recogida por numerosos medios patrios– donde se informa de las tres fantasías sexuales preferidas por los hombres y mujeres españoles dándose la circunstancia de que afortunadamente este tipo de estadísticas aún se basa únicamente en la biología. Entre las mujeres, se dice que sus fantasías prioritarias son: el sexo romántico, el sexo apasionado o significativo y tener intimidad en un espacio público. Lo último hay que reconocer que es llamativo y sí debe ser tenido en cuenta como una fantasía pero, ¿qué es eso del sexo romántico? Porque generalmente, y salvo que seas tetrapléjico o folles dormido, el sexo al romanticismo es como el azúcar a la paella. Que el segundo antojo más valorado por ellas sea el sexo apasionado, me lleva a la triste conclusión de que en España, de donde afortunadamente salí hace ya diecisiete años, la imaginación a la hora de follar sigue siendo entre ínfima y enclaustrada. Pero pasemos a los hombres, razón esencial de este texto. Porque ellos dicen que sus fantasías se basan en tener sexo con una desconocida o tener sexo con alguien que no sea mi pareja, lo cual me parece una repetición de ambos deseos. Pero bueno, dejo para el final la supuestamente segunda acción sexual que más hace del hombre su sueño, su meta… Y esta es: ¡el sexo oral! ¿Cómo es posible que en España aún las mamadas no sean parte de la cotidianidad? ¿Cómo se puede llegar a entender, si los menores nacidos chiquillos pueden ponerse pechos o arrancarse el pene, que aún al varón arcaico –al puto hetero– no se la chupen a menudo? Siempre consideraré una fantasía aquello que no nos es cercano, que roza o supera la ilegalidad moral y que además, es difícil de realizar. Por lo que si esa estadística es sincera en España aún muchos varones tendrían derecho a hacerse curas dadas las circunstancias. Y lo de curas lo digo con el doble sentido: desde hacerse monaguillo, donde quién sabe si te la acaban chupando más veces que en vida de crápula, hasta pasarse por el ambulatorio más cercano a recibir tratamiento psiquiátrico. Y a diario.