No me cabe la menor duda: Unionistas no sólo estará en cuatro semanas en el playoff de ascenso a Segunda División, sino que por la inercia atrapada y porque no se jugará tanto como el resto de equipos que vendrán rebotados del ascenso directo fallido, inmensos en presupuestos obscenos, con la prensa local presionándoles hasta el límite de lo desapacible, terminarán los nuestros, como decía, incrustados en la Segunda División con un estadio, el Reina Sofía, que aunque renovado, no podrá dar cabida a todo lo que vendrá después. Que por cierto, ¿algún candidato a la alcaldía de Salamanca lleva este dilema en su programa? ¿O tendremos que organizar otra colecta para poner más gradas en verano?
Porque lo que está realizando Unionistas desde la llegada de Dani Ponz es de verso tatuado sobre el asfalto, de estatua para la historia, de anécdotas hasta que el siglo XXIII acoja a otras generaciones. Hoy, contra el equipo más en forma de toda la Primera Federación, que sería líder destacado en esta segunda vuelta, victoria por 1-2, lo que significa que no sólo ganamos sino que nos pusimos dos veces por delante en el marcador y que cuando nos empataron no nos vinimos abajo.
Aunque el partido comenzó ayer. Exactamente en la terminal que recibe a los pasajeros del puerto de Ceuta que acaban de desembarcar, cuando un centenar de aficionados unionistas y varios curiosos convirtieron el recinto en una declaración de intenciones: a Unionistas ya no lo paran ni por tierra, ni por mar ni por aire.
Con un Alfonso Murube prácticamente lleno (5.300 espectadores, mejor entrada de la temporada) y con Salva de la Cruz camino de los más de 400 minutos imbatido, Carlos de la Nava comenzó a lo Zidane, llegando al borde del área donde Nespral disparó sin tino. Corría el minuto 5 y las intenciones se mostraban con la misma apariencia de un señor (o señora) que coge de la mano a su oponente en el parque con intenciones varias. Para que De la Nava no se lo creyera, dos minutos después erró gravemente en el centro del campo dándole tiempo a recuperar con una falta antes de que su contrario entrara al área, cuando por esta rectificación virulenta no recibió amonestación. A De la Nava, bastidor de tanto, lo veías cuarenta segundos después defendiendo en el córner contrario y sacando tajada. Acierte o no en la meta contraria, lo del capitán ya es de libro. A ver quién se propone escribirlo. En el minuto 9 Chapela centraba con muchísimo veneno y un defensa sacaba el balón cuando De la Nava –quién si no– se disponía a empujarla.
Los minutos corrían con una realidad absoluta: Unionistas no sólo no era dominado sino que incluso no permitía que el equipo tan necesitado, tan en forma y que jugaba en casa fuera capaz siquiera de acercarse a la meta de Salva. En los minutos 14 y 15, dos botones como muestra: Óscar Sanz robaba un balón y se ponía a dirigir la orquesta cuando instantes después Chapela soltaba un taconazo como recordando que él, el año que viene, estará sí o sí en Segunda División, y si no baja el Cádiz, en Primera.
En el minuto 18, volvían las jugadas de tiralíneas: Salva, tras blocar un centro, sacaba con la mano al pie de Juampa, y éste se la ponía a Losada de extremo el cual conseguía falta, también de amarilla no señalada. En cinco segundos el balón había pasado del área nuestra a la suya. Leal, una bestia parda, robaba balones en el medio del campo que al inicio parecían comienzos de ocasiones ceutíes. Pero en el minuto 23, justo cuando iba a dar inicio el himno de la extinta Unión, Juampa centraba con fuerza y entre un defensa y el portero el balón entraba en la portería local. 0-1 (otra vez) y caras de esto no se puede acabar aquí.
De hecho cuatro minutos después Óscar Sanz disparaba con violencia desde fuera del área haciendo trabajar a Mejía, cuando el rebote le llegó a Juampa que casi hace doblete. El murmullo corría por el Murube. Y el árbitro no tenía la culpa. Ya en el 32’, tras otra pirueta de Chapela, uno se daba cuenta de que Unionistas era superior. Rodri Ríos, el Erling Haaland de esta categoría, prácticamente no había tocado bola. Dani Ponz, de nuevo, salía a relucir como un estratega de la polla. Los últimos minutos fueron del Ceuta más por empuje. Leal rebañó otros dos balones sublimes –y pensar que ese mismo tío hizo un penalti de chiste contra el Mérida que nos costó el partido– cuando Nespral realizó una ruleta primorosa dando paso a un tiró alto de Juampa desde fuera del área en lo que podía haber sido el 0-2. Por cierto, lo de Juampa Barros también es digno de estudio: hasta la llegada de Ponz camino, con o sin Unionistas, de la Segunda Federación, cuando desde la llegada del sollanero está cerca de debutar en la Segunda División. Por cierto, al descanso 0-1 cuando el Celta B perdía en León 1-0. Y con 60% de posesión de balón.
La segunda parte comenzó diferente: ellos empujaban más, tras dos cambios realizados, cuando a los cinco minutos Pablo García empataba la contienda tras rechace de Salva a gran disparo de Adri Cuevas, porque Rodri Ríos no consiguió hilvanar nada reseñable ni cuando el Ceuta apretaba. Con Unionistas levemente grogui, Leal, el hombre del partido, sacaba otro balón complicadísimo. Luego el encuentro se detuvo tras ver a Juampa sangrar por el pómulo. Las tarjetas seguían brillando por su ausencia. Y Juampa era Dios sobre el terreno de juego: estaba en todas.
En el 62’ Ponz sacó el plan B, con Borja Díaz por Sanz y Ahn por Chapela. Leal seguía defendiendo como si le estuvieran ojeando desde la Champions y Ahn debutaba en las tarjetas. En el 71’ Nespral ponía a prueba a Mejía cuando en el 74’ se supo de la flor de Ponz: salieron a la vez Santos por Losada y Beneit por De la Nava, cuando el segundo, por segunda semana consecutiva, metía otro gol desde fuera del área tras otro eslalon fabuloso: habían pasado medio minuto desde que pisara el césped; ni sudaba. Y por cierto, el balón lo robó Barros. Para que todo no fuera Alicia en el país de las maravillas, el Celta B empataba ante la Cultural.
De ahí al final, Leal sublime ayudado por Ramiro Mayor, Marcos Bravo saliendo al campo por un muy notable Juampa que cada vez se asocia más y mejor con un recuperado Rojo, y una de Danese en el 97’ que se fue fuera ni por poco ni por mucho.
Lo que queda meridianamente claro es que en el bombo del calendario de la temporada 2023/24 están ya serigrafiando la bolita de Unionistas, teniendo en cuenta que este miércoles el Racing de Ferrol tendrá que jugar los casi 80 minutos que le restan contra el Córdoba –por ahora empate a uno– en lo que podría darles el liderato en solitario cuando menos de 72 horas después tendrán que iniciar viaje a Salamanca para jugar contra un equipo más fresco, y sobre todo, más en forma y que no ya es que tenga poco que perder, sino que por primera vez tiene muchísimo que ganar: un playoff y un ascenso a la LFP.

No comments:
Post a Comment