Fisura (Unionistas 1– Racing de Ferrol 1)


No, aún no debemos olvidarnos del playoff. Seguimos siendo candidatos. Alargamos aún más una racha absolutamente de locos (de los últimos diez partidos, ocho victorias, un empate y la derrota en Badajoz tras el gol que nos anularon ilegalmente) cuando aparte de en El Vivero perdimos el primer partido de la era Ponz contra el Alcorcón (el líder) y hemos ganado al mejor equipo individualmente hablando de la categoría por goleada (Real Madrid Castilla), al eterno candidato de inmenso presupuesto y masa social (Deportivo) y al equipo que más puntos ha sacado en esta segunda vuelta, o sea, el que sería líder (Ceuta), que ayer le metió un 0-3 al Real Madrid Castilla haciendo mucho más sobresaliente nuestra victoria en el Alfonso Murube de hace una semana. Y la pasada tarde empatamos contra el otro equipo que lleva una racha parecida a la nuestra y a la del Ceuta, el cual además, lucha por ascender directamente a un solo punto del Alcorcón: el Racing de Ferrol, al que jugamos, sin duda, el mejor partido de los seis que ya llevamos contra ellos en los últimos tres años. Por lo que, ¿dónde está el drama?

 

Es cierto que tras empatar ayer las opciones matemáticas menguan. Pero es fisura y no rotura. Siendo claros: el Celta B tiene que perder dos partidos en las tres jornadas que restan y la semana que viene juega fuera contra un Algeciras en buena racha que aún no está salvado. Luego, el Linares recibirá a un Deportivo que lleva tiempo sin ganar de visitante y que aún podría ascender directamente mientras nosotros nos enfrentamos al Pontevedra que tras la durísima derrota en Talavera sabe que aunque gane todo no se salvará. Por lo que esperemos a la próxima jornada teniendo en cuenta que la última deparará un Racing de Ferrol-Celta B, donde cabe la opción de que el filial celtiña pierda. 

 

Atendiendo a lo que fue el encuentro quiero criticar, por el bien del club, un asunto que los que vemos los encuentros por televisión nos salta a la vista: el estadio Reina Sofía. Queda claro que Unionistas crece más rápido –y con él su hierba natural– que los planes futuros de ayuntamiento y oposición. Pero es triste ver un estadio con capacidad para 5.000 espectadores con un solo acceso, que obliga a que pasado el minuto cinco de partido uno se entretenga viendo cómo mareas de gentes ataviadas con las elásticas y bufandas unionistas parecieran correr la misma banda que Carlos Vicente, el buen lateral derecho del Racing de Ferrol, tan bien frenado ayer por un gran Jon Rojo gracias a los excelentes planteamientos defensivos y psicológicos de Ponz. Al comienzo de la segunda parte el esperpento de ver colas –imagino que para los aseos– visibles para los que visionamos el partido, dan una idea del bochorno. Si para abrir un bar de 60 metros cuadrados en cualquier pueblo perdido, aparte de la entrada al mismo, dos baños y almacén con taquillas, necesitas una salida de emergencia, desconozco las razones por las que en el Reina Sofía se emiten licencias de apertura con semejante desbarajuste.

 

Pasaron los tornos 4.795 espectadores, lo que se podría considerar un lleno, pero viendo las imágenes uno se atreve a halagar el anarquismo de nuestros entusiastas seguidores: la grada de animación parecía La Bombonera durante un Boca-River, por lo que había más espectadores que asientos, cuando en la grada Panelais había gente tanto en las escaleras de acceso como en las esquinas y primeras filas existían espacios vacíos. Los que sí que estuvieron cómodos fueron los 300 ferrolanos que no dieron la nota, ni negativa ni positiva, en ningún momento, en una grada donde sobraba mucho plástico.

 

Con las novedades de Ahn y Beneit en las bandas por Chapela y Juampa comenzó un partido de tú a tú en donde Losada tuvo la primera ocasión que se fue fuera por poco. Justo cuando Heber dejaba muestras de su excelsa calidad llevándose a dos defensores gracias a un autopase entre líneas, Losada metía su gol de pillo tras un excelente centro de Beneit y una penosa salida del portero y central ferrolanos. 1-0 y empate a cero en Balaídos con un Fuenlabrada jugándose también la vida. Todo a salir de boca.

 

A partir de ahí Heber descosió a Fran Rodríguez. Primero, con un centro violentísimo que fue cerrándose hasta que Salva lo despejó maravillosamente bien a mano cambiada. Luego, sacó amarilla a un entregado Losada, que ha encontrado en Ponz a su manantial de aguas transparentes. Incluso cargando con amonestación es tal la fe mutua que lo dejó en el campo hasta casi el final del encuentro a riesgo de ser expulsado. En Pontevedra, por cierto, no podrá jugar porque la tarjeta acarreaba suspensión. Ahn, que fue sustituido al descanso, dejó momentos peligrosos en contra del equipo por una incapacidad evidente para sacar el balón despejado al borde del área, como si estuviera pasado de vueltas, mal revolucionado, corriendo más que pensando, y sobre todo por un penalti que debemos reconocer fue claro contra Carlos Vicente en un córner y que el árbitro no vio; corría el minuto 28. Cuatro después Fran Rodríguez, al límite, despejó a saque de esquina otra internada infernal de Heber que reclamó pena máxima. Sea como fuere, Unionistas defendía de forma gloriosa con un Losada al 160% de su límite físico. Encomiable. En realidad el partido de ayer estaba como el del Castilla: victoria 1-0, defensa de no dejarles chutar, y salidas al contraataque que casi fueron gol, como la de un renacido De la Nava, que de rosca, casi amplía la ventaja en el 33’. Pero la sorpresa, lo que no se entrena entre semana, saltó en el minuto 38, tras una cesión violenta de Fran Rodríguez que evitaba que el balón llegara al omnipresente Heber, pero que tampoco llegó, tristemente, a Salva de la Cruz, que como a pie cambiado fue incapaz siquiera de tocar un balón, que además, se envenenó tras el fuerte bote. 1-1 y descanso con el amargor doble del 1-0 del Celta B al Fuenlabrada que nos dejaba a cinco puntos (dos partidos) del filial celeste. 

 

La segunda mitad tenía que comenzar y los jugadores de Unionistas seguían conjurándose en el vestuario. De pronto salieron todos en arreón –el árbitro y los contrincantes llevaban tiempo sobre el césped– comenzando unos siguientes 45 minutos frenéticos con Juampa adueñándose de la banda izquierda. No quiero dejar pasar el, de nuevo, excelente trabajo de Ponz que, como ante el Real Madrid Castilla con Sergio Arribas y Peter, o contra el Ceuta con Rodri Ríos, dejó a Heber –el jugador de mayor calidad, sin duda, del encuentro– y sobre todo al todoterreno Carlos Vicente, casi desaparecidos, al menos en lo que se refiere a disparos a puerta o asistencias de gol. Muy bien Jon Rojo, así como Antonio Leal. Ramiro y Fran sufrieron más. Los minutos pasaban con mucha presión por ambas partes, correcalles, pero casi sin ocasiones reseñables. Por lo que en el 65’ Ponz sacó a toda la artillería dejando claro que ganar sí habría sido casi definitivo: Cristian Santos y Chapela por De la Nava y Beneit. En el 70’ Borja Díaz, que sigue muy fallón, salía por Óscar Sanz. Losada, mientras tanto, seguía bregando como si estuviera jugándose la vida. En el 77’, y con Unionistas presionando de manera violenta y con un Racing de Ferrol que ya sólo esperaba su momento en un contraataque, hubo una mano en el área clara de un defensor ferrolano que el árbitro no apreció. Es muy posible que con VAR el resultado hubiera sido completamente diferente.

 

Cuando Losada había gastado toda su batería entró Mikel Carro, pasando a Borja Díaz delante, en la media punta. En un córner a diez minutos del final Cristian Santos, que también lucha más que antes, remató de cabeza muy forzado. Unionistas acosaba de manera encomiable con el público enfervorizado y levantado de sus asientos. Chapela y Juampa, mejores y más frescos, taladraban una y otra vez a una defensa del Racing de Ferrol que es justo reconocer que también estuvo sublime. Y en el 92’, a escasos segundos del final, el espigado central Castro hizo la jugada del partido realizando falta al borde al área –amarilla aunque bien podría haber sido roja– a un Chapela que encaraba solo a Gazzaniga, el portero verde, en casi un calco de la roja que vio Nespral en Vigo. La falta de Juampa tocó en la barrera y ahí se acabó el partido.

 

Y sí, estamos a cinco puntos cuando restan nueve por jugarse. Por lo que la próxima semana estaríamos sentenciados si el Celta B gana en Algeciras y el Linares hace lo propio contra el Dépor. Sin embargo, nos dejaría a las puertas del playoff si ambos pierden –o el Linares empata–, lo cual es posible, y nosotros ganamos en Pasarón. Aún es pronto para conformarnos sólo con la Copa del Rey. La racha y la actitud siguen ahí. Y una fisura no es una rotura. 



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