Madrugada de transistores (Unionistas 2– Cultural 0)


Antiguamente era de transistores. De radios sintonizando carruseles, tableros y ruedas informativas donde cada diez segundos el minuto y resultado te hacía creer que volabas a través de las diferentes voces de los veinte locutores de la Primera y Segunda División, aglutinados a la misma hora en esas últimas jornadas. Gol en Las Gaunas. Se adelanta el Eibar. Penalti en Las Llanas. Expulsión en Chapín. Pero en la madrugada balinesa, en medio de la jungla, todo suena diferente. Visionaba en InSport TV el Unionistas-Cultural cuando cada minuto y poco me metía en una web que informa al instante de las novedades de la Primera Federación. Como el Celta B metió al inicio de todo, me tomé la primera parte con mucha tranquilidad, algo parecido a lo que hicieron todos los jugadores sobre el no tapete del Reina Sofía, donde casi no pasó nada.

 

Pero antes, una nota triste: sólo 3.303 espectadores. Público que alienta a discreción y que es la envidia de toda España. Gente fiel que ganemos o perdamos siempre anima. Pero como la semana pasada critiqué la alineación de Ponz, ¿no deberíamos preguntarnos cómo es posible que aún con posibilidades de playoff, pudiendo haber cerrado la Copa del Rey, en un derby regional, transitando aún por la mejor racha de nuestra historia en esta división, con una tarde de temperatura agradable, y sobre todo, con una promoción de entradas de chiste por sus precios irrisorios, decía que cómo es posible que sólo cubramos 3.303 asientos de los 4.900 disponibles? Una de las acciones a tomar para la próxima temporada no será sólo aumentar la masa social, sino convencer a los que se abonan y a los que no que acudir a los partidos de Unionistas es atractivo. Un espectáculo. 

 

Que el césped tuviera extrañas calvas tampoco ayudó a tomarse en serio el partido. Según comentaban era por la resiembra que se tendrá que realizar lo antes posible para que la pretemporada esté todo en orden. Pero de verdad, salvo que Ponz había claudicado a sus modificaciones porque sí –once tipo esta vez con Beneit por Juampa–, visionar en la madrugada balinesa un estadio medio lleno con un césped con pedazos marrones no era atractivo. Y no lo digo yo, si acaso pregúntenle a los veintidós jugadores que convirtieron la primera mitad en un suplicio que al menos tuvo el gol, al final, de nuestro mejor jugador esta temporada –esté a veces desaparecido o no– que es Iván Chapela, que tiró con clase y acierto tras el deficiente saque de puerta del portero culturalista Salvi. Antes, la nada: alguna internada de Percan, algunas posibles manos en cada área, errores infantiles en los despejes de la Cultural, aciertos de un muy mejorado Leal, una amarilla a Ramiro Mayor cerca del área que no sirvió para que Alarcón adelantara a los suyos y un remate de Beneit que pegó en el cuerpo de Amelibia. Tras el gol de Chapela, Solís centró con muchísimo peligro en la última jugada de la primera mitad ya pasados los 48 minutos de juego.

 

La segunda parte comenzó con sueños: el Linares perdía 1-0 en San Sebastián de los Reyes y ya jugaba con diez, mientras que el Ceuta empataba a uno en Vigo y generaba peligro. Para que todo alcanzara un color arcoíris, Óscar Sanz, de cabeza a la salida de una falta perfectamente sacada por Jon Rojo, le recordó a Ponz que él, a día de hoy, es intocable, como el entrenador nos refrescó a todos la memoria de lo mucho que trabaja las jugadas a balón parado. Ya íbamos 2-0 con dominio en el medio del campo de un notable De la Nava y de un Chapela que algunas veces bajaba y distribuía. La Cultural, a decir verdad, hizo bien poco, controlando el balón pero sin la menor idea de llegar a nuestra área. Por lo que mediado el segundo tiempo intercalé el visionado de los nuestros con el del CeltaB–Ceuta. Volvió a jugar Borja Díaz (por Nespral) así como Juampa dejó en el banquillo a Beneit. Eso aconteció en el minuto 65; dos después, el recién salido al campo Borja Díaz hacía una falta muy peligrosa al borde del área. En el 72’, en otro error garrafal de la defensa leonesa, Mario Losada echó el balón fuera con la portería vacía tras recortar al guardameta. Se había escorado algo, es verdad. Pero en la portería no había nadie. En el minuto 73 Christian Santos, que despejó dos balones en nuestra área y que luchó bastante, salió por Losada mientras que Neskes, de nuevo fallón y sigiloso al presionar, hizo lo propio por De la Nava. A ocho del final, y con el partido sentenciado más por la inoperancia contraria que por nuestro ímpetu, Marcos Bravo, que tuvo una gran ocasión, salió por Chapela, que de nuevo nos sirvió para que uno de sus goles, tan determinantes, valiera para ganar otro partido. Reseñar la seguridad bajo palos de Salva De la Cruz, notable en las salidas, que sin falta de entendimiento con nuestros defensas suele dejar, al menos desde la llegada de Ponz, la portería a cero.

 

El final llegó tras un larguerazo del Ceuta en Balaídos en la última jugada del partido que nos hubiera dado opción de playoff si hubiera entrado. Pero siendo justos, venimos de la parte media-baja de la tabla, y tener casi asegurada la Copa del Rey ya es un éxito absoluto: Mérida y Córdoba empataron a cero, por lo que los segundos están fuera mientras los extremeños tendrían que ganar en Majadahonda ante un Rayo que no está, ni mucho menos, salvado, sino todo lo contrario: muy probablemente necesiten ganar. Exactamente como el Fuenlabrada contra nosotros. Por lo que salvo catástrofe el próximo año jugaremos Copa del Rey y quién sabe si la primera eliminatoria será en El Helmántico.

 

Mención aparte para los 200 partidos de De la Nava con nuestra camiseta, todo un ejemplo de calidad, entrega y astucia. Y ahora, aparte de preparar el partido de Fuenlabrada como si fuera una final, a contratar ya al director deportivo porque desde la semana que viene los jugadores quedarán libres para negociar con otros clubes. Y Ponz, aunque tenga contrato firmado y alta cláusula de rescisión, ¿ha confirmado ya que se queda? No sería de extrañar que equipos con mucho dinero y ganas de ascender de su zona geográfica (Castellón, Real Murcia…) comiencen a invitarle a café. 

 

Iba a cerrar mi portátil cuando recordé que tenemos sección de fútbol sala y que en ese mismo momento –mis cuatro de la mañana; un moscardón de veinte centímetros buscaba el calor de la bombilla– jugaba el partido de vuelta del playoff de ascenso a Segunda en Guardo. 4-2 en La Alamedilla y 4-2 en Palencia cuando sintonicé. Pero a minuto y poco del final metimos gol, o sea, pasábamos la eliminatoria (4-3), cayendo en una tristeza no esperada cuando lamentablemente y en el último segundo –literal; no exagero un ápice– ellos metieron el gol que lo llevó todo a una prórroga que desistí visionar para no mezclarla con mi amanecer en una noche con pinta de after.

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