De los cambios sin fin a los que nos tiene acostumbrados Dani Ponz hay unos que concretamente nos dejan, y exactamente en la línea defensiva, con el culo al aire. Algunas veces sacamos un lateral derecho real como Camus, para correr la banda, otras el recambio es Ekaitz, cuando Ramiro se queda en el banco cada vez que el lateral derecho muta, lo cual suele ser a menudo. Y suelen coincidir nuestros grandes agujeros insondables, que afectan a la estabilidad defensiva y no sólo de la línea de atrás, el no tener claro a estas alturas de la temporada que nuestros cuatro de atrás, claves para llevar tantas porterías a cero, y claves igualmente para disponer de los puntos que ya llevamos, tienen que ver con las titularidades incontestables de Carlos Giménez, Ramiro Mayor, Erik Ruiz y Jon Rojo. Luego, en el medio del campo, es cierto que Ponz trata a Javi Villar como indiscutible, ya que lo utiliza incluso por delante de Nespral para crear juego. Y bien es cierto, que al menos ayer, defendiendo en paralelo junto a Adri Gómez, unido a esa tela de araña defensiva impenetrable, jugamos un partido más que suficiente cuando el Nàstic prácticamente ni nos creó peligro. Por lo que, dejémonos de cambios en la zona trasera hasta que las matemáticas nos digan que no hay tiempo ni para el playoff de ascenso ni para las plazas de Copa del Rey. Por favor, no demos más ventaja a los rivales a cambio de que la totalidad de la plantilla se encuentre comprometida. Esto ya va de ganar. No de satisfacer a todos cual rey mago. Restan sólo nueve partidos.
Si hace dos jornadas y en el mismo estadio el lleno en el Nou Estadi de Tarragona fue casi absoluto con algo más de 13.000 espectadores –les visitaba el Dépor–, uno se queda desconcertado ante la muy diferente entrada de ayer noche contra Unionistas que, según datos oficiales, alcanzó los 7.800 espectadores, a cinco mil y pico del partido en casa anterior. Siempre he pensado que los equipos deben ir de la mano de sus aficiones. Y en eso nosotros tenemos mucho ganado. Los altibajos afectan. Y ayer ganamos con la alegría extra de no sentir la presión de 13.000 sino de 7.800. Porque todo cuenta.
Como anécdota, y tras una semana demasiado adolescente en la portería unionista, casi debuta en el minuto 20 –al fin– un canterano, en este caso el guardameta del filial Ortega; Iván Martínez, que dejó la portería a cero pero un par de veces dudó en balones que inexcusablemente eran suyos, se retorcía sobre el césped mientras Cacharrón, imagino, lo veía por la tele.
La primera parte fue algo insulsa. Losada, muy a su pesar, pierde numerosos balones de oro cerca de la portería. Y que sí, que lucha mucho y se faja. Pero con un Etxaniz muy desasistido tuvimos de referencia a la hora de buscar gol a Álvaro Gómez, que en el 28’ remató de cabeza de forma extrañísima: el balón salió fuera por poco mientras él se metió en la portería a besar las mallas; gran centro, por cierto, de Rastrojo. Pero para entender el insulso primer tiempo hay que entender que el primer remate a puerta del candidato al ascenso Nàstic lo realizó en el minuto 40 Pablo Trigueros, de forma infantil, como si se le hubiera dormido la cabeza. Fue a la salida de un córner, porque de juego creativo nuestra defensa y mediocentros maniataron por completo a los que dos semanas antes encerraban al Dépor en su área. Porque la experiencia es un grado, y Ramiro Mayor así como Adri Gómez, con tarjetas amarillas desde los primeros compases, llegaron hasta casi el final –Adri Gómez dejó su puesto a Tur en el 82’; Ramiro se mantuvo en el campo– siendo capaces de no dejar al equipo en inferioridad e incluso manteniendo sus excelentes niveles defensivos. Y cuando pasaban los dos minutos de descuento, Jaume Jardí disparó con furia tocando el balón nuestro larguero. Sería la acción más peligrosa del equipo local en todo el partido.
La segunda dio comienzo y a los nueve minutos Losada –sí, Losada– a medio metro de la portería tras pase de pecho de Álvaro Gómez metía el gol del encuentro. Porque ahí se sospechaba, viendo la seriedad defensiva de Unionistas, que esa acción esencial podría valer para ganar el partido. Además, hay que agradecer al entrenador contrario que retirará del campo justo después a su mejor jugador, Jaume Jardí. Y de ahí al final, un Nàstic demasiado revolucionado fue incapaz siquiera de crear una sola ocasión de gol. Bien es verdad que Unionistas perdió todo el tiempo del mundo. Tanto es así que el equipo se llenó de tarjetas por este motivo. Pero comparando con los tristes encuentros anteriores (Sestao, Tarazona, Lugo, Celta B, Osasuna Promesas…) si hubiéramos jugado sin portero es posible que hasta hubiéramos conseguido la victoria.
A decir verdad, nuevamente vencimos a un equipo de los de arriba. Además, regresamos a la senda de la portería a cero. Y algo importante, muy a tener en cuenta: no perdemos fuera del Reina Sofia desde el infame encuentro ante el Sabadell, en donde, por cierto, casi empatamos a cero: su gol llegó en los minutos finales.
Y veamos: estamos nueve puntos por encima del descenso, o sea, cerca de certificar otra temporada en Primera Federación. La próxima semana recibimos a la SD Logroñés, un equipo que no gana nunca, al que meten muchos goles, y que debería ser presa, no sé si fácil, pero seguro que presa en nuestro estadio. Y luego a Riazor. Recordando que se nos dan muy bien los de arriba y que no perdemos fuera desde principios de diciembre cuando estamos a punto de comenzar abril.
Y para los soñadores: la última plaza que da derecho a jugar la próxima edición de la Copa del Rey está sólo a cuatro puntos. Y para los soñadores lisérgicos, donde yo me incluyo: los de arriba siguen lejos –la Ponferradina, que cierra la última plaza de playoff, a once puntos–, pero siempre, absolutamente siempre, haciendo esas temibles cuentas de la vieja, si ganamos a la SD Logroñés la próxima jornada luego iríamos a Riazor a jugarnos una especie de final para saber, si de verdad, seremos capaces, al menos, de luchar como en las temporadas anteriores hasta el final por lo que pocos creen.
Y para los estadísticos: en las últimas seis jornadas Nàstic y Ponferradina estarían en descenso a Segunda Federación. O sea, que los de arriba, incluida la Cultural, se están dejando muchos puntos. Por lo que aprovechémoslo. Porque o si no lo hará el Arenteiro.

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