La imagen del partido, sin duda, se produjo en el minuto 29, cuando en un centro Cacharrón chocaba con Adri Gómez dentro del área y el balón le caía a Aguza que, sin portero, la tiró con tal violencia que la pelota casi rompe el larguero. El chiste es que el rebote le cayó al propio Cacharrón, que de rodillas mirando hacia la portería, esperaba el gol del empate desde el punto de penalti. Porque cuatro minutos antes Erik Ruiz a la salida de un córner, tras haberla peinado hacia atrás Ramiro Mayor, nos puso en ventaja.
La primera parte tuvo color Unionistas. Porque tras el larguerazo de Aguza Erik Ruiz no hizo doblete por cinco centímetros, tras rematar otro saque de esquina, esta vez completamente solo, junto al palo derecho. El resto de la primera parte fue controlada por Unionistas en defensa, muy vertical en ataque, que se aprovechaba de los fallos continuados de un muy flojo Lugo. De hecho, su afición les pitó con fuerza durante bastantes minutos.
Nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrió en el descanso, porque a la vuelta de vestuarios el partido fue otro, con un Lugo avasallando y con un Unionistas a verlas venir. Ellos sacaron a Fran Mérida y a Víctor Narro, los cuales nos hicieron muchísimo daño. Pero debemos de nuevo recordar que en el 52’ Willy Ledesma falló un balón solo a medio metro de la portería de un Cacharrón que, no sabemos si por haber debutado hoy en el estadio de su ciudad natal, demasiados recuerdos y todo eso, estuvo bastante timorato. Es cierto que sacó dos buenos disparos desde fuera del área a un incisivo Fran Mérida, pero no es menos cierto que en el remate de Ledesma hizo la estatua debajo de la portería. Suerte que el experimentado delantero hizo tan nefasto movimiento que en vez de meter el balón en las redes, que era lo que se esperaba, lo echó por encima incomprensiblemente.
Pero tanto fue el cántaro a la fuente que tras una extraña defensa de Jon Rojo ellos centraron y Nacho Quintana remató a gol, solo, a medio metro de la portería, con Cacharrón, de nuevo, colgado del larguero. Siete minutos antes, y porque no debemos obviarlo, penalti de libro de Erik Ruiz a Nacho Quintana que el árbitro no debió ver.
Las fatalidades del Lugo –y la suerte de Unionistas– no acabaron ahí, ya que el recién ingresado al Anxo Carro, Antoñín, remato fuera con la portería vacía y Cacharrón vencido. A partir de ahí se sucedieron los cambios de Ponz llamando la atención que el equipo jugara sin goleador hasta el minuto 88, que fue cuando salió Etxaniz por un Losada que en el minuto 12 remató de cabeza hacia nuestra área y casi nos mete en un lío. Y que sí, que Losada brega, aguanta con el balón, saca faltas; pero a su vez, y porque hoy era el único delantero, es incapaz de tirar a puerta, qué digo, de hilvanar alguna jugada dentro del área. Y Slavy ni calentando. Para comprenderlo todo mejor traten de imaginar al equipo que ustedes elijan jugando sin delantero. Por todo esto ya ni es extraño el señalar que de nuevo el gol de Unionistas lo marcó un defensa central. Y que el mismo tipo casi hizo doblete.
Y con Unionistas controlando algo, al menos, los últimos diez minutos, Cacharrón, que repito, ya había hecho dos grandes paradas a Mérida pero que había fallado una muy gorda además de haberse quedado debajo de la portería varias veces, hizo un paradón a disparo de Aguza, que más que un disparo lanzó un obús. Quedaban segundos para el final, y por suerte, nos llevamos un punto y seguramente el gol average con el Lugo.
Pero debemos tener clara una cosa. Desde Sestao, pasando por Tarazona, y hoy, el equipo ha tenido suerte. Hoy, repito, tres balones casi sin portero que ellos han fallado, un penalti de Erik que no lo han pitado, y otras ocasiones e incursiones de peligro, sobre todo en la segunda mitad. Y claro, en vez de hablar de playoff e incluso de Copa del Rey, demos de una vez razón la razón a Ponz para pensar única y exclusivamente en el siguiente partido en el Reina Sofía contra Osasuna Promesas, donde sólo nos vale ganar.
Lo bueno: que seguimos a un partido de la Copa del Rey y que sacamos nueve puntos al descenso. Además, hoy hemos jugado algo mejor, sobre todo en ataque, aunque sólo en la primera parte. Y que en realidad de los últimos once encuentros hemos perdido sólo el del Celta Fortuna. Y que hemos empatado en Ponferrada, León y ahora en Lugo contra un recién descendido de Segunda. Y siendo justos, sacan ahora más puntos los de abajo que los de arriba. Por lo que o soñamos con una racha violenta como la del Dépor –siete victorias consecutivas que seguro nos meterían en playoff; sólo hay que ver qué irregularidad hay por arriba– o comencemos a fijarnos también en el Teruel, el Tarazona y el Sabadell por lo que pudiera pasar. Y lo mejor de todo: ganemos al filial de Osasuna para volver a la senda de la victoria.

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