Director financiero y agente de viajes

 

En mi agonía económica perpetua busco las formas para que lo poco que tengo siga estirándose. Y como ejemplo concreto, cuando finalicé mis tres meses y un día de viaje vital por Tailandia, Laos, Camboya y Malasia, regresé a Bali con un ida y vuelta no desde Bangkok, donde residía, sino desde Kuala Lumpur, que dista de la capital siamesa a 1.500 kilómetros de distancia, ya que el billete de ida y vuelta era la mitad de barato y a mi regreso debía quedarme aquí, en la isla de Koh Samui, desde donde escribo, que más o menos queda a la misma distancia de la capital malasia que desde Bangkok. 

 

La idea parecía la correcta. Aunque había una exigencia inicial: debía quedarme unas cinco o seis horas vagando por la madrugada de Kuala Lumpur ya que en mi afán ahorrativo no quería pagar un hotel, sino esperar cenando y tomando una cerveza. Seguramente llevado por la euforia, que mezclado con el cansancio me hizo comprender mal la nueva divisa que manejaba, gasté en esa noche lo que en tres pernoctaciones hoteleras, porque yo no había querido darme cuenta de que tanto tiempo bebiendo cerveza en un país musulmán no iba a salirme lo que se dice gratis. 

 

Al amanecer, un poco beodo, me fui a la estación de trenes con la idea de montarme en uno hasta la ciudad fronteriza de Padang Besar cuando allí me dijo la señora que expende los billetes que no quedaban asientos libres, corroborando sin saberlo mi absoluta nulidad como agente de viajes, siquiera para mí mismo. Y entonces comenzó la ronda de taxis, primero hacia una estación de autobuses que estaba cerrada, y luego, en la otra punta de la ciudad, hacia la correcta, donde mientras me medía las pulsaciones con la boca como una alpargata, conseguí un billete hasta la ciudad tailandesa, además de musulmana, de Hat Yai. Algo es algo, me dije. Esperando, me metí litro y medio de agua mineral cuando a la hora y media de viaje me desperté con una erección descomunal gracias a que mi vejiga estaba a punto de explosionar (y luego dicen que el alcohol no casa con una buena salud sexual). 

 

Pero cuando me encaminaba hacia el pasillo sólo me hizo falta echar la vista atrás para corroborar que allí no había lugar donde poder vaciar todo aquello que ya amenazaba con salir disparado de cualquier forma. Por lo que volví a sentarme. Y cuando comencé a beberme la otra botella de agua que llevaba –entre mis decisiones sin sentido en ese momento entendí que lo mejor sería mear en la botella recién vaciada; que nadie se iba a dar cuenta–, una pasajera pidió al conductor parar por la misma cuestión. Es tu día de suerte, me dije. 

 

Desde ahí, todo fue mucho mejor, salvo porque al arribar a Hat Yai tras el inevitable y cansino paso fronterizo, tuve que aceptar que para llegar a tiempo a mi isla tailandesa tendría que buscar la estación de trenes más cercana para tomar uno a Surat Thani –otras cinco horas– donde sólo quedaban billetes en el coche-cama que, aunque no sea excesivamente caro cuesta cinco veces más que los simples asientos. Así que pagué por dormir sólo hasta las diez y pico de la noche, con mucho desparpajo, para al llegar a destino conseguir dormir en un hotel, en otra muestra evidente de futuro director financiero. 

 

A la mañana siguiente autobús hasta el puerto y barco hasta el embarcadero de Koh Samui. Que cuando al fin llegué a mi hotel a punto de desfallecer, me miré en el espejo topándome con un señor desconocido, envejecido, que al hacer las cuentas se apercibió de que había gastado no sólo el doble de tiempo sino también de dinero. Aunque debo agradecer a la buena providencia que no me diera un ictus, ya que con el suelto que llevaba en el bolsillo me habrían ofrecido para la cura media ración de polvos de talco. 

 

Lo bueno de viajar solo es que no le puedes echar las culpas a nadie más que a ti. Y que cuando regrese a España por asuntos literarios, aprovecharé para ofrecerme como asesor a Viajes El Corte Inglés, donde seguro quedarán obnubilados con mis buenas maneras a la hora de organizar viajes. 


(Publicado en El Imparcial el 18/04/24)

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