Pues bueno. Llegados a este punto de la temporada –jornada 35, o sea, restan sólo tres para terminarla–, Unionistas no sólo depende de sí mismo para acceder a la próxima edición de la Copa del Rey, sino que hasta estamos en el mejor momento de la temporada, o al menos, en uno donde vemos puerta con suma facilidad, algo realmente novedoso que nos puede aupar a esa última plaza de Copa si mantenemos este nivel defensivo. Pero aún hay más.
Como la Ponferradina pierda hoy contra el Cornellà –se la juegan en casa los catalanes: o ganan o al precipicio–, nos quedaremos a seis puntos, de tapadillo, de los bercianos que se piensan que es su eterno rival, la Cultural, la única que le pueden arrebatar la última plaza de playoff. Por cierto, ayer los leoneses empataron fuera. O sea: les hemos comido dos puntos más.
Con todo esto quiero asegurarles que hasta que la matemática no lo permita, Unionistas tiene el tercer objetivo que alguna vez cita Ponz –el primero, la salvación; el segundo, la última plaza de Copa– cada vez más cerca, aunque aún esté lejos, con los de arriba cayendo cada dos por tres, inseguros, cambiando de entrenadores, y llegando, si es que finalmente acceden, en muy mal momento al playoff de ascenso.
No miren el calendario. No se fijen contra quiénes jugarán. Da igual todo. Las últimas tres jornadas serán muy duras porque prácticamente todos se juegan algo. Así que lo importante no es contra quién se compite sino quién lleva la mejor racha, mete más goles y juega con seguridad y desparpajo. Y ese equipo, ahora mismo, es Unionistas. Fuera cuentas de la vieja: a ganar a la Real Sociedad B la próxima semana y a esperar otro empate en casa en El Toralín, algo habitual esta temporada.
Y ayer en Pinilla fuimos como esos campeones de Europa que ganan por pura tendencia. Slavy volvió a cazar otra, Rastrojo ya lleva tres jornadas seguidas marcando, y con diez jugadores desde finales de la primera mitad no sólo agrandamos la distancia en el marcador sino que sacamos los tres puntos ante un Teruel que aunque le cueste ganar hasta ayer había perdido los mismos encuentros que nosotros.
El partido fue bueno en líneas generales, porque el equipo juega sin presión, pero constante. Y eso nos hace mejorar en ataque cuando en defensa seguimos notables. Aunque hay que reconocer que si Ponz no se hubiera acordado hace cuatro semanas de Slavy a lo mejor hoy estábamos dejándonos caer hasta el final de la temporada, en tierra de nadie, hablando sólo de renovaciones y de ampliaciones de estadios.
Si yo fuera de la Ponferradina y hoy perdiera ante el Cornellà abriría el melón: o nos coge la Cultural o vete tú a saber si Unionistas. Porque soñar sigue siendo gratis.
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